Para Cuba, los noventa fueron en varios aspectos años de shock. Marcados por una fuerte crisis económica producto de la interrupción del flujo de bienes y servicios provistos por la Unión Soviética, los primeros años de la década fueron conocidos por el eufemístico giro de “Periodo Especial”. Los movimientos producidos en la cultura cubana durante este periodo de adaptación y revisionismo, redefinición del canon, pugnas y tensiones en torno a la “apertura” de una sociabilidad intelectual, negociación de lo públicamente decible y de lo públicamente censurable, definieron en buena medida el perfil de este momento en el terreno de la literatura y las artes. Se trató, evidentemente, de un momento con una aguda autoconciencia transicional, un periodo en efecto “especial”, pero por razones distintas de las supuestas en la fórmula oficial. A fines del siglo XX se vivió en todo el mundo la experiencia de un umbral, detrás del cual quedaba el paisaje en ruinas de la Guerra Fría. ¿Cómo se tradujo esa transición en la producción literaria de Cuba, en su discurso fuertemente nacionalista o en la elaboración de narrativas con perspectiva histórica? ¿Qué nuevos lenguajes, temas y subjetividades entraron en circulación, qué tonos, géneros o estilos? Estas son algunas de las cuestiones sobre las que se proponen reflexionar en diálogo las investigadoras Guadalupe Silva (UBA-CONICET) y Teresa Basile (UNLP).