Historia

HISTORIA 

Nuestro Instituto fue fundado originalmente el 24 de noviembre de 1931 bajo el nombre de Instituto de Cultura Latino-americana. Entre otros objetivos, la Ordenanza sobre su fundación (texto disponible aquí en PDF) establecía que el Instituto debía ser un "órgano de relaciones intelectuales entre los países ibero-americanos".  Su primer director ad honorem fue el Dr. Arturo Giménez Pastor, profesor de Literatura Iberoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Tres años más tarde, el 5 de julio de 1934, tuvo lugar la inauguración oficial del Instituto de Cultura Latino-americana, creado en conexión con la cátedra de Literatura Iberoamericana a cargo de Giménez Pastor. Durante el acto leyeron sus discursos el Rector de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Vicente Gallo, el Decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Dr. Alfredo Franceschi y, a continuación, Giménez Pastor leyó la conferencia inaugural (textos disponibles aquí en PDF)En los documentos que contienen los fundamentos de la decisión que tomaba la Universidad predominan las razones diplomático-políticas y, en cambio, el objeto mismo, la literatura hispanoamericana, aparece algo indeciso. Acaso por esta causa, el Instituto no conoció en su ya larga vida el desarrollo y el brillo que lograron otros de la misma Facultad y en el mismo período, por ejemplo el de Filología, el de Historia Argentina y Americana, el de Literatura Argentina, el Museo Etnográfico y seguramente otros. Podría atribuirse esta desigualdad a las personas que lo dirigieron; más atinado ha de ser el razonamiento de orden conceptual, la dificultad de abrazar un objeto de estudio unívoco, sometido, por otra parte, a la fragmentación de la realidad que se suponía que representaba. 

Con el correr de los años, el Instituto conoció también otras denominaciones. Hasta 1943 fue llamado Instituto de Cultura Latino-americana. Pero en 1947, por ejemplo, integraba el Instituto de Literatura de la Facultad como la Sección Argentina y Americana. Luego, en 1951, pasó a constituir la Sección de Literatura Iberoamericana, hasta que en 1972 pasó a ser el Instituto de Literatura Iberoamericana, último nombre antes del actual Instituto de Literatura Hispanoamericana.

El Instituto surgió en un contexto de modernización. Desde que se pusieron en práctica los principios de la Reforma Universitaria de 1918, las actividades de investigación se constituyeron en una prioridad para toda la Universidad de Buenos Aires. Entre 1921 y 1942 se conformaron dieciséis Institutos tan solo en la Facultad de Filosofía y Letras, los primeros de los cuales fueron los de Investigaciones Históricas, Filología y Literatura Argentina. José Arce, Rector de la UBA, subrayaba en su Memoria de 1922 la importancia de estos centros para la Facultad “en su triple carácter de escuela profesional, centro de Investigaciones científicas, y órgano universitario por excelencia, llamado a crear la conciencia de nuestra propia cultura mediante la Historia, la Filosofía y el Arte” (Buchbinder, 1997: 131). A más de ochenta años de su creación, el Instituto de Literatura Hispanoamericana continúa respondiendo a esta vocación de conciencia cultural, así como al propósito de contribuir al desarrollo de investigaciones críticas e independientes.

A lo largo de estas ocho décadas, el Instituto vivió cambios profundos. Desde Giménez Pastor (1935-1945), fueron sus directores sucesivos Martín Alberto Noel, Arturo Cambours Ocampo, Antonio Ernesto Serrano Redonnet, David Lagmanovich, Susana Zanetti y Noé Jitrik, cada uno de los cuales desarrolló su labor en contextos sociales y políticos muy diversos. El gran giro que dio al Instituto su fisonomía actual fue sin dudas el restablecimiento de la democracia en 1983. Las universidades volvieron a asumir entonces su rol social como órganos de pensamiento libre, en tanto que fueron incorporados a la tarea docente numerosos profesores que habían sido exiliados del país o expulsados de sus cátedras durante la dictadura. Se produjo así una renovación de los programas de estudio, lenguajes críticos, y proyectos institucionales, de la que dieron cuenta, en el caso del Instituto (ya denominado de Literatura Hispanoamericana), las gestiones de David Lagmanovich (1984-1989), Susana Zanetti (1989-1990) y Noé Jitrik (1990-2022). Desde 1984, y pese a las diversas crisis que dejaron su huella en la Universidad, el Instituto ha experimentado un crecimiento sostenido del que son prueba tanto la calidad como la cantidad de investigadores y la producción académica y literaria producida.

El Instituto se ha convertido en un espacio de colaboración y de consulta cada vez más decisivo en la vida de la Facultad, en los niveles de la preparación académica superior. A pesar de las distintas dificultades que ha atravesado (ligadas al plano económico y político), ha logrado convocar, contener y coordinar esfuerzos que, así conjugados, han culminado en un cambio fundamental de direccionamiento y producción en equipo. Nuevos recursos, por lo tanto, son siempre bienvenidos, y así lo ha comprendido igualmente la Facultad que, poco a poco, lo ha ido dotando de mayor espacio y de mejor equipamiento;  a ello también han contribuido los proyectos de investigación con financiamiento de la Universidad que destinan parte de sus subsidios a la adquisición de insumos que se incorporan a los acervos del Instituto, sea en libros, sea en equipos electrónicos.

 

Les acercamos en esta sección la Ordenanza de Fundación del Instituto de Cultura Latino-americana del 24 de noviembre de 1931, así como los discursos de apertura del Instituto de Cultura Latino-americana (antecesor del Instituto de Literatura Hispanoamericana) pronunciados el 5 de julio de 1934 por el Rector de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Vicente Gallo, y del Decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Dr. Alfredo Franceschi. A continuación de estos discursos, se encuentra la conferencia inaugural del primer Director del Instituto, Dr. Arturo Giménez Pastor.