La práctica crítica, como los cangrejos, avanza siempre y nunca en línea recta: no es simple habilidad ni costumbre elegante, y es difícil imaginar algo más pulido y menos interrumpido que una playa o una página escrita. Y sin embargo se ladea, como si ese y no otro fuera su último destino. Así el lector, desprevenido paseante en el veranear de un libro u observador resuelto del otoñal fugarse de las hojas, encuentra a cada paso figuras y, a vuelta de página, el mapa en ciernes.
De un lado al otro entonces, Figuras y figuraciones críticas en América Latina avanza trazando sus hipótesis de lectura y encontrando, en ese mapa en ciernes que es América Latina en su literatura , sus recorridos, ya inevitables, ya impredecibles: ¿o no los son pensar en un Burger King puertorriqueño, hallar cadáveres en un baldío porteño, tentar los límites de un cuarto cerrado y andar en el destierro ensimismado? De esta manera, como una caravana impar pero impenitente, pasan las páginas -sus figuraciones-, ladeadas por una lectura inquieta amén de crítica, de José Martí y Mario Benedetti, de Rubén Darío y Eduardo Lalo, de José Hernández y Elías Castelnuovo, de Rodolfo Walsh y J.L. Borges.
Escritas y conversadas en el marco del Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofìa y Letras (UBA), van estas figuras y figuraciones como brújulas menudas de los intereses y preocupaciones americanos que hoy reúnen y alientan a los críticos e investigadores argentinos que aquí desarrollan su trabajo.